INFUSIÓN DE JENGIBRE

Cortar un trocito de raíz fresca de jengibre, del tamaño de una nuez (de nogal). Retirar la piel con un pela-patatas y rallarla con un rallador fino.

Poner un litro y medio de agua a hervir con una corteza de naranja y una ramita de canela.

Pasado un minuto desde que empiece a hervir, retirar del fuego y añadir una cucharadita de tomillo (o de una de las plantas con las que combina bien) y el jengibre rallado.

Tapar la cazuela y dejarlo reposar 15 minutos.

Añadir el zumo de medio limón y endulzar, con miel o stevia, hasta que resulte agradable al gusto.

Beber un vaso de esta infusión y guardar el resto en un termo para poder seguir bebiendo, a lo largo del día.

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